Remembranza. Hanns Stein: un maestro de canto

Este viernes 26 de julio pasado ha partido a otros espacios Hanns Stein (1926-2024) definido como maestro de maestros en la especialidad del canto. Sí, con noventa y ocho (98) años, aún se mantenía vigente y en comunicación con sus alumnos (as) entregando el conocimiento que brotaba de su vasta experiencia y relación con compositores e intérpretes nacionales y extranjeros. Una de sus frases permanente y reiterada era que la gratificación de formar vocalmente a alguien implica entender que la voz es un instrumento o medio para hacer música y no un fin.
Reconocido por sus resultados formativos retratados en nombres que figuran en la cartelera de centros musicales actuales; tuvo un fuerte compromiso social y una labor docente permanente en su querida Facultad de Artes de la Universidad de Chile, sólo interrumpida por la dictadura, aunque recuperada posteriormente con honores. Por aquellos tiempos aciagos, fue invitado a realizar un perfeccionamiento a profesores del Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y ser partícipe de proyectos propios de la interpretación vocal.
Así se crea y surge bajo su dirección Los Cantantes de Cámara de Valparaíso, formado por integrantes del Conjunto Vocal de Cámara. También nos entregó opiniones y reflexiones escritas para la construcción de una política de extensión artística del instituto y universitaria, especialmente para los tiempos nuevos de la democracia.
Tuve la oportunidad de ser su alumno de canto durante dos años en el estudio del Ciclo Dichterliebe de Robert Schumann. Sin embargo, atento a mis inquietudes de Director de Coros, repasamos los fundamentos de la emisión vocal aplicada al canto colectivo en un diálogo fructífero que aún me emociona por la claridad de la terminología ocupada y su compromiso acucioso con la traducción de importantes textos relacionados a la materia. Una tarde de un martes -horario de mi clase- me propuso recibir y trabajar una cantata con Hans Joachim Rotzsch, décimo quinto
Kapellmeister en la línea de sucesión de J.S. Bach. Aunque el desafío era intimidante me permitió conocer la simpleza de los grandes artistas, reflejado en la alegría de un niño con juguete
(partitura) nuevo (a).
Apreciado Hanns, ahora todos sabrán que tu nombre se escribe con dos enes porque sale de lo común y da prestancia. También que un pan integral con quesillo y el té sin azúcar es un homenaje a quiénes lo han trabajado, necesario por el gesto de compartir y bueno para la alimentación. Qué en algunas ocasiones era urgente para los tenores (durante el plebiscito)… dar Un No de pecho. Sólo queda agradecerte por tu testimonio de vida artística y dejar que sigas viviendo en el recuerdo de quiénes tuvimos la oportunidad de conocerte.

 

Ernesto Cárcamo Almonacid
Profesor