El imprescindible Festival Internacional de Música Contemporánea Darwin Vargas
Con un década de vida, este evento organizado por el IMUS ha logrado mantener una vigencia única
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Comenzó como un lindo y merecido homenaje hace poco menos de 10 años. Darwin Vargas Wallis había sido un gran maestro del Instituto de Música (IMUS) de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y sus discípulos, entre ellos la mayoría de los académicos, vieron la necesidad de perpetuar tanto su nombre como sus enseñanzas en la composición musical.
Corría el año 2002 y la idea empezó a tomar forma definitiva, pero tuvieron que pasar dos años más para que por fin esta iniciativa, que desde su génesis se vislumbraba con altas expectativas, se concretara por fin. El 2004 se vivió la primera versión del festival, ubicándose desde ese mismo momento como uno de los más importantes –e ininterrumpidos- a nivel nacional.
Esta definición con los años se fue ratificando edición tras edición, logrando al poco tiempo, en el 2006, obtener el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA). Este espaldarazo no hizo más que seguir consolidando el certamen, que hoy goza de excelente salud y que es definido “como un espacio de exploración y experimentación en el cual están llamadas a dialogar y a encontrarse con y desde la música, todas aquellas expresiones artísticas que, movidas por un genuino deseo de interrelacionarse, estén dispuestas a hacerlo”.
Los organizadores del Festival Internacional de Música Contemporánea Darwin Vargas, encabezados el director artístico y del IMUS, Enrique Reyes Segura, ya están inmersos en los detalles de la décima versión que se realizará desde el 14 al 19 de octubre, enmarcado además en la celebración de los 34 años de la presencia sostenida de la composición musical en el IMUS.
Estos 10 años marcan un importante hito en el desarrollo de este evento afincado en Valparaíso, pero de alcance nacional e internacional. Durante una década ha permitido que el arte musical sea mirado, estudiado y disfrutado desde un prisma amplio centrado tanto en la composición como en la interpretación de las obras.
“Esta es una iniciativa regionalista que se origina al interior del Departamento de Composición del Instituto de Música de la PUCV, que alberga a académicos y estudiantes, quienes a través de un trabajo composicional sistemático, con una data de más de 20 años de trayectoria, valora y fomenta la creatividad como experiencia fundamental asociada a la composición e interpretación de música actual y contemporánea”, explica el profesor Reyes.
Agrega que “esto ocurre desde la periferia, es decir, la provincia, constituyéndose este espacio en una alternativa seria, importante y con proyección que se levanta sobre el principio de la descentralización de eventos de difusión de la música contemporánea, los cuales se encuentran desde hace muchos años concentrados exclusivamente en Santiago”.
De esta forma, junto con la oportunidad de homenajear a un gran maestro como Darwin Vargas, también existía la urgencia de darle un espacio de difusión especial a la composición musical, área que en el IMUS se ha cultivado desde su fundación en 1971, lo que se suma al verdadero estímulo que han significado los intérpretes para los compositores.
“En la necesidad de encontrarnos los compositores, los intérpretes, los pedagogos y los musicólogos, todos bajo una misma expresión de este quehacer, y manifestar nuestra presencia desde la provincia de Valparaíso, es que se ha levantado, a partir del año 2002, nuestro tan anhelado festival, que nos ha permitido compartir una intensa labor a través de cada una de las actividades que nos reúnen”, destaca Enrique Reyes.
GRANDES INVITADOS
Para lograr parte de sus objetivos, a través de sus nueve versiones el certamen ha integrado en sus programas una amplia gama de invitados y actividades relacionadas con diversos espacios de acción disciplinarios. Además de los conciertos con obras emblemáticas y estrenos mundiales, también se han incluido conferencias de expertos, talleres de interpretación musical, paneles de discusión y ensayos abiertos a la comunidad.
Dentro de los invitados chilenos, han destacado en estos 10 años Patricio Wang, Gabriel Brncic, Fernando García, Cirilo Vila, Hernán Ramírez, Andrés Maupoint, Ramón Gorigoitía, Guillermo Rifo, y Sebastián Errázuriz.
Y entre los internacionales, la lista la componen personalidades de la música Latinoamericana como Guido López Gavilán, de Cuba; José Ortiz de Zárate, de Argentina; Coriun Aharonian, de Uruguay; la mexicana Ana Lara, los peruanos Celso Garrido Lecca y Edgardo Varcarcel; Alfredo del Mónaco, de Venezuela; los polacos Zigmund Krauze, Alicia Gronau, Marian Borkovsky y Pawel Lucachevsky; l francés Jean-Ives Bosseur y el alemán Gunter Buchwald.
En la novena versión realizada el 2012, el festival estuvo dedicado al Premio Nacional del Música 2002, Fernando García, connotado compositor que inició su carrera en la década de 1950 y que aún se mantiene vigente. En este contexto la Orquesta del Conservatorio de Música de la PUCV, dirigida por Gonzalo Venegas, interpretó al cierre las obras “Preceptos y contradicciones” y “Todo cambia, pero…”, ambas del Maestro García.
Como parte de la confección definitiva del programa, los organizadores del X Festival Internacional de Música Contemporánea Darwin Vargas ya abrieron la convocatoria para los compositores, alumnos de composición y creadores chilenos o extranjeros que deseen participar, cuyas propuestas serán recibidas hasta el 12 de julio.
¿POR QUÉ DARWIN VARGAS?
Darwin Vargas Wallis nació en Talagante y entró a la Escuela de Música de la UCV en el cerro Barón. Para un homenaje póstumo que le realizaron el 2011 en su comuna, Enrique Reyes –también uno de sus ex alumnos- escribió que había llegado “con la sencillez que siempre lo caracterizó como persona, virtud que finalmente lo convertiría en el gran maestro que sin darse cuenta sembró en cada uno de sus alumnos el amor por la composición musical, fomentando siempre la creatividad y el rigor del pensar y sentir que la música, como arte y oficio, demanda de quienes dedican su vida a ella”.
En esas palabras de homenaje, el director del IMUS también recordó “la gran capacidad de don Darwin para escuchar y estimular en sus clases las potencialidades de sus alumnos y con ello sacar lo mejor de cada uno y ponerlo al servicio de la creación y luego de la composición musical. Cada sesión con él, se daba en un marco de confianza tal, que siempre se sentía una libertad muy grande para presentar cualquier idea”.
Destacando el orgullo que siente toda la comunidad del IMUS por haber bautizado al festival con el nombre de Darwin Vargas, finalmente Reyes aseguró que “es sin duda la fuerza y energía que don Darwin le imprimió a la composición musical en nuestro instituto que aún sigue vigente y viva, la que sostiene y hace permanecer esta iniciativa que esperamos de todo corazón siga existiendo por muchos años más, acogiendo a los compositores e intérpretes que encuentran en este espacio un lugar para mostrar sus obras, y con ello darle vida al rito ancestral de mantener viva la llama que alimenta el espíritu del hombre y lo hace trascender más allá de su existencia temporal.