Con éxito de convocatoria se estrena la obra Réquiem Ad Mater Dulcis del profesor Álex Palacios Donoso
Un memorable concierto se realizó el sábado 12 de noviembre de 2022, a las 19.30 horas, en la Parroquia San Antonio de Viña del Mar. Se trata del estreno del Réquiem Ad Mater Dulcis, compuesto por Álex Palacios Donoso, profesor del Instituto de Música de la PUCV. La obra, escrita en homenaje a su madre fallecida en 2010, fue concebida para dos solistas, coro y orquesta. Se caracteriza por la grandiosidad y solemnidad de su discurso musical, alternado con lirismo e intimismo que expresan el dolor por la muerte de un ser querido. Sin embargo también se denota la esperanza, a través de la fe, en alcanzar la vida eterna.
La inspiración del compositor en los réquiems de Duruflé, Brahms y Fauré se refleja en ciertos rasgos estilísticos y algunas citas a los compositores aludidos. No obstante los diez números que conforman el Réquiem revelan originalidad compositiva, excelente manejo de la orquestación con la participación expresiva de las cuerdas, las maderas, los bronces, el órgano y la celesta, y el destacado rol del coro y los solistas. Este oficio compositivo de Álex Palacios le permite, en una equilibrada armonía, resaltar los contenidos de los salmos enunciados previamente por las alocuciones que preceden a las partes instrumentales y cantadas.
Es importante resaltar que los músicos participantes en el Réquiem, treinta y ocho, son, en su mayoría, alumnos, exalumnos, graduados, profesores y exprofesores del Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Todos participaron en la puesta en escena de esta obra por razones de empatía emocional y afectiva con el noble propósito que la inspira.
El compositor y director de la obra, Álex Palacios, logró con este Réquiem Ad Mater Dulcis una meta artística de alto nivel expresivo que cautivó a la audiencia que llenaba la Parroquia San Antonio de Viña del Mar.
Dr. Carlos Miró Cortéz
“… cuando Álex me invitó a cantar en su obra y me explicó que era para conmemorar el fallecimiento de su madre, me contó que siempre pensó en cantar él mismo el bajo solista, y que finalmente decidió dirigir y por eso me invitaba a asumir ese rol a mí. Entonces sentí que era un verdadero privilegio y a la vez una tremenda responsabilidad cumplir la función que el compositor pensó para sí mismo, además de ser una persona a quien respeto profundamente, no sólo en lo profesional, sino también personal. Durante la preparación del concierto, además de estar muy bien orientado y acompañado por Álex en su rol de director, para mí fue muy grato reencontrarme con personas tan valiosas de la comunidad IMUS, que ha sido parte importante de mi vida, en una experiencia musical, que necesariamente es de crecimiento en conjunto, en el compartir la música”.
Mg. Marcelo Fuentes Gutiérrez
“… me impresiona la capacidad organizativa del profesor Álex Palacios, quien fue capaz de congregar a decenas de cantantes e instrumentistas en torno a la interpretación de un réquiem dedicado a su madre. Es un proyecto que debió esperar dos largos años de pandemia para poder ser ejecutado de manera pública, tiempo en el cual la mayoría de los músicos mantuvo su compromiso de participación. Desde un punto de vista musical, llamó mi atención el destacado rol asignado a los dos solistas, cuyas líneas melódicas son exigentes y complejas de insertar dentro del contexto orquestal; también el manejo adecuado e idiomático que se hace de los bronces, instrumentos particularmente difíciles de reclutar en nuestra región.
Finalmente destaco la unidad estética de la obra a lo largo de sus diez movimientos, la utilización de metros poco convencionales como 9/8 (símbolo de la perfección divina) y la constante simultaneidad entre divisiones binarias y ternarias, lo cual, seguramente, alude al contraste entre lo humano y lo divino, así como también a la fragilidad de la vida misma”.
Dr. Nelson Niño Vásquez
“… es la primera misa que tengo la oportunidad de conocer de un músico egresado de nuestro Instituto. Me ha sobrecogido por ser además una misa de réquiem a la madre. Mi madre nos dejó en junio y ha sido muy duro, así que esta misa ha sido un dulce bálsamo para nuestros corazones como familia. Agradezco haber tenido la oportunidad de estar presente durante su montaje y presentación”.
Cecilia Astudillo Rojas
“… un valorable esfuerzo de Álex al dejar los cómodos espacios habituales para atreverse a componer una gran catedral sonora en donde acunar el recuerdo de su madre, con la ayuda fraterna y solidaria de una representación significativa de instrumentistas de la comunidad Imús, principalmente, quienes supieron responder al desafío. Una iniciativa venida del corazón, en su origen y realización”.
Samuel Quezada Soto
“…fue gratamente sorprendente ver a un número considerable de integrantes de la Comunidad IMUS (estudiantes, egresados, profesores) comprometidos en la interpretación del estreno del Requiem Ad Mater Dulcis del profesor Alex Palacios. La obra logró momentos de alta carga emotiva acorde con su inspiración dedicada a la fallecida madre del compositor. En los aspectos musicales destacó la incorporación del ensamble de maderas y bronces, así como el manejo en los arreglos de dichos instrumentos acorde con la experiencia del profesor Palacios en el área de los aerófonos, como director musical del Consort de Flautas Dulces PUCV y docente de dicho instrumento en nuestro Instituto”.
Dr. Ricardo Alvarez Bulacio
Compuse “Requiem ad Mater Dulcis” como un homenaje a mi mamá. Nueve años tardé en escribirlo, desde su partida en 2010, hasta 2019, si bien más de la mitad de la obra se materializó, en efecto, ese último año. La irrupción de la pandemia vino a truncar el propósito original de montarlo en 2020, al cumplirse el décimo aniversario de la pascua de mi madre, hasta que, recién en el presente año 2022, abriéndose nuevamente espacios y flexibilizándose los aforos para la realización de conciertos, fue posible su concreción.
Para dos solistas, coro y orquesta, la obra está inspirada en los réquiems de Johannes Brahms (Op. 45), Gabriel Fauré (Op. 48) y Maurice Duruflé (Op. 9), intentando situarse ante la muerte como un canto de dolor, pero, sobre todo, de consuelo, de fe y de esperanza en la vida eterna. Estas tres obras maestras, esencialmente, tuvieron un importante rol en mi luto, y quise, por tanto, rendirles también un homenaje con mi propia creación.
El nombre en latín de la obra es una alusión a la antiquísima y vasta tradición litúrgico-musical de la Iglesia, pero los textos de todos sus números están en castellano, y su estructura está basada en las partes que habitualmente son musicalizadas en la celebración de una eucaristía en la actualidad. He elegido los textos bíblicos para los números I, III, IV, V y IX.
Poder montar “Requiem ad Mater Dulcis” ha sido para mí una experiencia profundamente enriquecedora y conmovedora, no solo por la evidente carga emocional y el significado personal que ello implicaba, sino también por la solidaridad y la generosa colaboración que recibí de cuantos formaron parte de este proyecto, aportando, sobre todo, con su enorme talento. Muchos de ellos forman parte de la comunidad del Instituto de Música PUCV, lo cual reviste también un especial significado en mi condición de profesor de esta institución. Hacia todos ellos, mi profunda y sincera gratitud.
Mg. Álex Palacios Donoso